sábado, enero 08, 2005

Ruido, divino tesoro

Quizás no haya tendencia musical más difícil de enfocar e historizar que aquella vinculada a la exploración del ruido. Infiltrado, disfrazado y enaltecido por infinitas variantes, la transformación del ruido en sonido ha sido emblema, amenaza y motor musical del siglo XX. Con los matices de esta transformación, cambiaron década a década los modos de percibir todo el arte y precipitar su destino conceptual. Desde el Manifiesto de la Música futurista en Italia (1910), pasando por los norteamericano Henry Cowell, John Cage y Edgar Varese y la electroacústica de Stockhausen, hasta los exponentes de la música industrial, el punk y el noise japonés, el ruidismo, visto desde afuera, siempre pareció consagrado a cuestionar los valores de la sociedad y la tradición. Sin embargo las tendencias ruidistas propusieron mucho más: le confirieron a la música un destino teórico-reflexivo -la manera de escuchar, al fin y al cabo, define un modo de posicionarse en el mundo- y camuflaron un arma cargada y todavía activa en la marchita escena del espectáculo diario.
Acá, un artículo totalizador de Daniel Varela, una reflexión poemática del polifacético amigo de Asunción Cristino Bogado, y la página del ruidista argentino Pablo Reche.

1 comentario:

elvis dijo...

No creo necesario opinar sobre todo.
pero...
Gracias Oliverio
nc