miércoles, diciembre 06, 2006

Ave Virgilio

"Tu no sabes quién eres", escucha Virgilio, mientras agoniza y confunde presente y pasado, en la obra maestra de Hermann Broch. A su manera, Ramiro Quintana confecciona un Virgilio solitario, que naufraga también en la angustia de la memoria, pero en un hotel de pueblo. Nada lo rodea, salvo el recuerdo fastuoso de una mujer, Irupé, a la que tarde o temprano deberá volver. Irupé es la medida de su anonimato, y a espaldas de ella el protagonista arriba a una zona desértica, a esa zona de actos ínfimos, pasividad y éxtasis solitario, en que la soledad tironea y compone a otro hombre. (Sigue en Nación Apache)


Publicada en Los Inrockuptibles diciembre.