Suelen escucharse nostálgicas quejas cuando se habla de traducción en la Argentina. "White Chapel, trazos rojos" una novela traducida y editada acá, ha pasado desapercibida para suplementos que, en un mismo fin de semana, rellenaron tapas o interiores con entrevistas al más prestigioso indigente literario de la lengua italiana.
Iain Sinclar es uno de los escritores ingleses más prodigiosos y desconcertantes. Por momentos satírico, por momentos gótico, Sinclair desvanece las fronteras entre el presente y el pasado, descifra el Londres alucinado de Dr. Jekill and Mr. Hyde, y como si escribir consistiera en fugar el sentido y reponer fantasmas temporales, teje y desteje la ficción en torno a tres personajes heridos por las ataduras de una lengua bastarda: una lengua muerta. Heredero de De Quincey, de Stevenson, del primer Beckett y de los primeros policiales ingleses, Iain Sinclair parece un visionario decadentista, abstrae atmósferas únicas detrás de una lengua y una sitaxis irreverente. Si la justicia literaria existiera, figuraría junto a Thomas Pynchon. Acá, dos fragmentos.
Iain Sinclar es uno de los escritores ingleses más prodigiosos y desconcertantes. Por momentos satírico, por momentos gótico, Sinclair desvanece las fronteras entre el presente y el pasado, descifra el Londres alucinado de Dr. Jekill and Mr. Hyde, y como si escribir consistiera en fugar el sentido y reponer fantasmas temporales, teje y desteje la ficción en torno a tres personajes heridos por las ataduras de una lengua bastarda: una lengua muerta. Heredero de De Quincey, de Stevenson, del primer Beckett y de los primeros policiales ingleses, Iain Sinclair parece un visionario decadentista, abstrae atmósferas únicas detrás de una lengua y una sitaxis irreverente. Si la justicia literaria existiera, figuraría junto a Thomas Pynchon. Acá, dos fragmentos.
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