Crease o no, el Papa se recuperá. Con más vidas que un gato, y aun achicharrado en su artefacto móvil, vivirá más de cien años. Como no creo en milagros, arriesgo varias hipótesis:
a) Wojtyla fue un buen Papa y Dios existe.
b) Wojtyla fue un Papa malo y le vendió el alma al diablo.
c) Gracias a papiros obsequiados por el Departamento de Estado Norteamericano, el Vaticano en las últimas décadas desarrolló existosos experimentos de alquimia medieval para insuflar vida en la naturaleza muerta -y de paso encontrar y traficar la fórmula para transformar un peso argentino (y cualquier otra moneda subdesarrollada) en un dólar.
d) El Papa hace tiempo expiró -¿en aquel atentado quizás?- y desde entonces hemos visto en escena al menos a siete dobles que el Vaticano, para enviar a países del tercer mundo, había seleccionado cuando el Sumo Pontífice asumió.
De las cuatro, la d) me parece la hipótesis más verosímil. Los poderosos, al igual que los locos, necesitan sosías.
1 comentario:
Apuesto por la c).
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