Con la muerte del Papa puede discernirse claramente el grado de demagogia y de creatividad permitida en cada medio gráfico.Clarín titula "Adiós al peregrino". La Nación y El Mercurio, que tienen el mismo diseño web intransitable e incómodo, van a lo obvio: "Murió el Papa". Es decir, el muerto está muerto. Toda una política en la confección de titulares para despedir a uno de los muertos más redituables de la historia. Previsiblemente sólo Página 12 muestra al ¨Papa de espaldas y titula, con un alivio implícito: "Fin de época". La Prensa, desactualizada, en cambio, títula en su rudimentario portal: "Angustia mundial. El Papa atraviesa horas críticas al agravarse su estado de salud." La jornada de México, con una malicia destacable, versa: "Terminó suplicio de Wojtyla".
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