lunes, mayo 23, 2005

Ladran, Sancho

Tengo entendido que en Buenos Aires hay demasiados perros, demasiados hombres con perros, demasiados amos con miedo, demasiada inseguridad. La mayoría los tiene como guardianes y encarnan en ellos el peor atributo del mediocre: ladrar. Suponen que esas bestias lamedoras podrán protegerlos de algo. En el horario más fecundo del sueño, es decir, el que va de las nueve de la mañana a la una del mediodía, el coro canino encapota la atmósfera y rompe la concentración de quien duerme. A la hora de adoptar un perro, el vecino de barrio no calcula los daños colaterales y el incremento de su presupuesto alimenticio. Para peor se deja seducir por la apariencia de un cachorro que luego crecerá, comerá y en la vereda pública cagará tortas esquizoides -que el vecino desde luego no recogerá-, y terminará olvidado en un patio o en una terraza en la que de por vida deberá hacer sus necesidades. Estimo justo que quién desee adoptar un perro pase por un examen previo: deberá demostrar que su deseo canino no es una perversión pasajera. Allí el inspector de turno intentará convencer al ciudadano del perjuicio que generan los perros en la ciudad. Le dirá que la belleza del perro se despliega en la intemperie del campo, que los hijos pequeños crecen física y mentalmente y luego olvidan a la retardada mascota, que en la ruidosa urbe se transforma en un accesorio de la escoria burguesa. Entonces, si el interesado persiste, el inspector le referirá las ventajas de tener gatos, esos sabios bebes del aire, y extraerá de bajo la mesa un catálogo fabuloso con posturas felinas, saltos, y activará una grabación exquisita con todo tipo de maullidos y ronroneos.
No más perros en Buenos Aires es mi lema. El crecimiento demográfico de canes supera su tasa de mortalidad y la situación, señor Ibarra, es INSOSTENIBLE. La mañana barrial está atravesada por todo tipo de ruidos indeseados. A esta altura es necesario un chip para controlar el abuso de ladridos e imponer jugosas multas -yo sé que esto le interesa, Ibarra- a los amos que no controlen los alaridos de su bestia interior.
También es inminente imponer una onerosa licencia a los amos impulsivos. Citar e imponer multas a quienes no puedan justificar su deseo canino. Sólo las ancianas viudas tienen derecho a usufructuar el corazón desfigurado de esas bestias. El arrojo de los amos en Buenos Aires es gratuito e irresponsable. Los pobres animales olvidados por sus amos ladran desde sus terrazas carcelarias durante horas, a fin de comunicarse con el resto del género presidiario. Cada barrio tiene su presidio canino; a principios del siglo XXI esta es la esencia lúgubre de los barrios porteños de casas bajas, por si algún visitante extranjero quiere saberlo. El mero hecho de ladrar y no maullar vuelve odiosos e indiscretos a estos animales sin encanto, estos troncos de la naturaleza. He aquí la solución pasajera que puede proveernos la avanzada ciencia: que los perros maullen. O que por lo menos dejen de ladran. Quién los entiende...

6 comentarios:

explorador54 dijo...

Estoy completamente de acuerdo con este manifiesto, y considero a este problema como de extrema gravedad. Con mi equipo de trabajo estamos investigando el tema desde hace un tiempo, y pensamos que debería enfrentarse desde distintos frentes, uno de los cuales es la concientización ciudadana, para lo cual estamos desarrollando una campaña en vía pública (que podría contar con financiamiento de veterinarias y fábricas de alimento para los desgraciados canes) para concientizar a los amos sobre los mínimos cuidados que requieren sus sometidos animales, con lemas como "no sea perro, no deje a su mascota ladrando afuera todo el día".

Lo invito a ponerse en contacto conmigo para intercambiar información y ver si podemos aunar esfuerzos para poner algún tipo de coto a este lamentable y persistente problema.

explorador54 dijo...

Tener como amigo a un perro denota una lamentable bajeza moral, porque ya sabemos de antemano que la bestia será incondicional.

Es como casarse con una persona en estado vegetativo, uno de los tantos abusos en los que caemos los humanos por comodidad.

El que tiene un perro puede caer tranquilamente en el maltrato, el desamparo, la avaricia y la ignominia con su supuesto amigo, y el perro seguirá sometido a su vil voluntad sin protestar.

El hombre, lamentablemente, también es el lobo del perro. Mediante su ladrido, el perro amplifica los rencores personales de su amo para molestar aún más a sus congéneres.

explorador54 dijo...

por supuesto que el problema tiene muchas facetas, y está bien reconocer también las más superficiales, como las del decoro, así podemos sumar un apoyo más amplio de la sociedad (sobre todo de la parte que financiaría una campaña).

Los soretes en la vía pública transmiten enfermedades, así que ahí tenés otro problema. Y hay más.

Por supuesto que los pobres perros, por boludos, son las primeras víctimas (si tuvieran el carácter de los gatos nunca habrían permitido todo esto).

¡Aguanten los bebes del aire! (de quién es esa definición, de cortazar?)

oliverio coelho dijo...

Ahora venimos a descubrir que Mr. Brauer tiene màs de perro lamedor que de pelado lambeteador.

Creo que en Buenos Aires los amos caninos estàn en problemas, los vamos a sitiar y deberàn confesar... La situación es grave; se ha gestado una plaga de paseadores, ancianas viudas, obesas de estirpe con perros desfigurados como matambres, nuevos ricos y perros incrolables de raza que devoran niños y travesis en los bosques de Palermo...

Es fàcil tener de mejor amigo a un perro. El riesgo está en hallarlo prójimo. Y como insinua Idelber, el prójimo de la policía sólo es un perro...

PaulValley dijo...

Esto parece una novela (aunque más de Aira que de quique).

explorador54 dijo...

red solidaria animal:

> Estimado Explorador54
>
> gracias por pedir ayuda y preocuparte por ese perrito
> Te pido por favor que sientes la denuncia basandote en la ley penal 14346 ,
> en la comisaria más cercana a la casa.

explorador54:
por lo que veo dicha ley comprende como maltrato a a) la falta de alimentación, b) trabajo forzoso o c) suministro de drogas, pero nada dice acerca de no sacarlo a pasear o dejarlo atado y ladrando todo el día.

Red Solidaria Animal:
Se puede contemplar eso dentro del "mal trato animal" previsto por la ley.

Mas allá de eso...si querés bombardear la casa con algunos folletos al respecto, ruego vayas a nuestra pagina (www.redsolidariaanimal.com) y veas en la parte de Folletos
lo que hay...lo imprimis y se lo pasás por bajo la puerta
a veces la presión psicologica tambien es buen arma

espero tengas suerte, avisame por favor