lunes, octubre 17, 2005
Amabilidades, pinturas de Andrés Pasinovich
/Argollas/ gajos de un territorio baldío, emergen: abren el hoyo conceptual/ Franjas amplias y uniformes vibran, se aplazan, como terrenos alucinados en la batalla. Se respira la derrota. Zanjas de color para el duelo de la forma. Zanjas de color y una sangría dorada/ Aquí la ocasión del milagro, aquí: un desollamiento intemporal de lo abstracto hacia el concepto /¿Cómo aludir a una falla desde la falla misma?/ Los elementos parciales de la naturaleza fracasan ante la curva huidiza del plano. Entonces el concepto fluye paralelo a la abstracción. Late y enmudece: es su deslizamiento en el lenguaje absurdo de las dos fronteras, el alimento de las víctimas y los incautos/¿Quién recoge la marca, la simiente? ¿Quién?/ ¿O?/ Sí, ¿quién se inclina en la zanja para cavar una voz que es la distancia entre dos líneas?/ Alto/ Lo abstraído, en todo caso, abastece, estructura límites que son la matriz del paso en falso, la marcha de la humanidad, la contracción de la memoria en el soporte de la misma línea reiterada y meditada/¿Para qué preguntar entonces?/ Tiempo y muerte calcados en una fuga conceptual. O mejor, construcción de un segmento para vertebrar el caos, domesticar la divina abstracción, darle una frontera, y plegarla por fin en el sitio de la incertidumbre.
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