Conejillo de Indias
miércoles, febrero 15, 2012
Misterios literarios de una península
En una sociedad como la coreana, dinámica y a la vez amordazada por imperativos de eficacia, competitividad, hipertecnología y confucionismo, los artistas son testigos voraces. Así como Ozu y Kawabata matizaron un Japón que ya no existe, hoy los artistas coreanos documentan la marcha vertiginosa hacia un futuro que nadie tiene tiempo de descifrar. En pocas palabras: los cambios que el país experimentó en los últimos años están grabados en su cine y en su literatura. Nadie más tuvo tiempo o paciencia de registrarlos. (Sigue en El país).
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