(...)"Cineasta de guiones complejos, de originales mecanismos, Bielinsky no parece haber advertido que la abigarrada homogeneidad de su primera película dejó paso aquí a una mera acumulación de elementos (la epilepsia, la taxidermia, el maltrato a las mujeres, la sordidez acentuada) que, lejos de complementarse con la trama principal, funcionan como adornos del mismo modo que lo hacen una fotografía demasiado lustrosa y una serie de ralentis tan vistosos como innecesarios. Creo que Bielinsky se ha deslizado hacia un cine académico, más ampuloso que profundo y al que la muerte no le sienta bien"(...)
Quintín
(Hoy en Perfil, Contratapa Suplemento Oh!)
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