martes, enero 17, 2006

Santuario




A esta altura de su vida, a dos años de los treinta, la natación se le presenta como la redención física ideal. Dos veces por semana camina hacia la pileta con la sensación de que se dirige hacia una parroquia. El empleado del vestuario, con un humor muy argentino, lo alienta "vamos tiburón" sin sospechar que tiene enfrente a un perfeccionista del crawl.
Poco después, él se reclina en un altar de aguas que son siempre simetrías del futuro, olvida, y nadar se transforma en una venia milagrosa del sueño.

3 comentarios:

KuruPicho dijo...

Oliverio, falando de santuarios, estuve por una libreria de viejo, un cuchitril sordido y oscuro alli por el mercado 4, y tropece con varios librillos, entre ellos uno de un tal Saccomano, creo que su titulo era "Alfil y mate ", o algo asi....Lo deje escondidito en un hueco para que nadie lo birle, mientras espero tu recomendacion, si es buena o no. Es el mismo tugurio de donde salio aquel "Canto castrato" airano. regrese con algunos titulos viejos, de cincuenta años atras, de editoriales de entonces en pleno apogeo y cotizacion, con titulos raros hoy en dia de Gide, Willa Cather,Eca de Queiroz, pero mi joya del d{ia es "Calinico o una defensa de la guerra quimica" Reista de Occidente, Madrid, 1926 del savio ingles J,B.S. Haldane. Disculpa la digresion, saludos

Adrián Savino dijo...

"debajo del agua todo era más bonito, más azul, más colorido, pero tenía que respirar"

Arnaldo Antunes

Amalia Gieschen dijo...

La estructura de la foto se parece a la nunca construida Torre de Tatlin, vacía de su anterior contenido revolucionario.
También se parecía a vos uno que fue a la presentación del libro de Madrazo. Todavía me queda la duda. Y la duda, mientras exista y se recale en ella, no permitirá que el otro parecido te vacíe a vos de contenido.

(a las 2 de la mañana, casi dormida, uno le dice a un desconocido lo que puede, qué vachaché)