miércoles, junio 22, 2005

El fantasma

No entiendo por qué la Sala Lugones demora un ciclo sobre el portugués Pedro Costa. Si bien muchos lo conocimos por la retrospectiva que dos o tres años atrás se presentó en un Bafici, esperamos la ocasión para ver las que nos perdimos... Todo esto parece no venir a cuento, pero en realidad sí: me encuentro en el microcentro, abotargado en un locutorio (acá hay hollín, algunos niños que no cumplen el horario de protección, una anciana que se ha dormido sentada y parece embutida entre los vidrios de la minúscula cabina teléfonica), fui con expectativas a ver una película de Ruy Guerra incluida en el ciclo de cine portugués inédito, y he salido bastante desilusionado... Pocas veces me sucedió en la Lugones. Este melodrama sensasionalista -Portugal S.A- es ingenuo, y en definitiva, aunque el guionista se afana en señalar la circulación perversa del poder en la lengua y sus efectos catastróficos en cada primer plano -el plano de una realidad artificial donde se mueven Ministros, Mega empresarios, Clerigos conspiradores, esposas drogadictas y albaceas satánicos-, sólo logra atosigar al espectador con la exhibición de un mecanismo que capta los polos más obvios: ambición, sexo, dinero, droga, religión... Su destino denuncialista queda pospuesto; al film le falta una cara, las atmósferas parecen disecadas como en las superporducciones norteamericanas, el director erra el tono -imita- y queda más cerca de una telenovela de haute couture -aunque quizás la intención del director haya sido tomar el drama del poder como materia y tornear ahí una fantasía sensionalista de cuyo punto de vista maniqueo no se aparta-... Sus ricos y poderosos, aunque son menos obscenos que en la realidad, van más allá, o más acá, como quiera vérselo, ya que no dejan de ser los ricos que pululan en el imaginario de la clase media. Por un momento todo es tan inverosimil -no por lo espectacular si no por lo torpe de la narración y del montaje- que nos sentimos ante una agradable ficción en la que todo viene semantizado y sellado al vacío.

Eso sí, O fantasma, que vi hace unos dos años y darán en un par de días en la misma sala, sí vale la pena... Y mucho...

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