martes, mayo 16, 2006
Víctimas del pecado
El viernes pasado, en un ciclo de la Lugones, ésta película del mexicano Emilio Fernández me dejó atónito. Primero por la fotografía y por el montaje eiseinsteniano, luego por la belleza del argumento y de la música -rumbas y congas prostibularias-, por las imágenes de una ciudad de México, nueva y gastada en el celuloide y atravesada por humeantes trenes que me recodarban a la Tokio de Yasujiro Ozu. Entonces averigué quién era Gabriel Figueroa, el responsable de la fotografía y el montaje. Quizás por él las películas del Indio Fernández estén a la altura de las norteamericanas de esa época, e incluso, para cualquier espectador latinoamericano, resulten más familiares en la articulación del drama sentimental.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario