¿Qué decir de "El aura"? Después de tanto elogio desmedido y obsecuente en diarios y revistas, es inevitable salir de la sala un poco decepcionado, aún intuyendo que el film en efecto es valioso. Ni Ricardo Darín hace el mejor papel de su carrera -en realidad puede decirse que es la primera vez que actúa realmente y deja de hacer de Darín- ni Bielinsky es un director personalísimo -o lo es, pero en el prospecto del cine industrial, vale decir, interpreta, con una permisividad artística convenida de antemano con los productores, lo que cierto público espera del cine masivo de calidad.
Mientras escribo noto que me decepcionó menos la película que la actitud de los críticos cinematográficos argentinos. Es posible que la mayor parte del público vea en "El aura" una obra maestra; es posible que muchos encuentren encarnadas y correspondidas ahí las expectativas que han puesto en el cine, y me parece razonable. Pero un crítico no puede condescender a un gesto semejante e implicarse en una demogia -un existismo tipicamente nacionalista- que ni siquiera el director hizo tácita, al colegir de una buena producción, de un guión ingenioso y de una fotografía impecable, los atributos de una obra maestra. Quienes en la semana anterior han firmado críticas hiperbólicas intimamente saben -porque alguna vez tuvieron sensibilidad artística- que "El aura" es un producto prolijamente filmado y montado, quizás el mejor producto que el cine nacional haya dado, pero no llega a ser cine de autor, no es "La ciénaga" ni "Los muertos", simplemente porque el modo de filmar de Bielinsky es neutro, como todo lo que en el mundo del espectáculo está destinado al éxito instantáneo. Tiene una gramática amable, secuencias cortas, explicaciones para orientar al expectador en el laberinto, climas acelerados, suspenso para salvar ciertas inverosimilitudes de la trama, infaltables toques bizarros que son ante todo la pesada herencia del policial argentino. En fin, un surtido de recursos que un profesional fiel debe adoptar para entregar una pieza de alta calidad comercial. Vale la pena resaltar la ausencia de tópicos for export acerca de la última crisis econcómica, y este quizás sea el punto más destacable y genuino de la película: la extraordinaria autosuficiencia de su universo. Pero como "Hombre mirando al sudeste", "El aura" es otra alhaja sobrevaluada -aunque bienvenida- en el casino portátil del cine nacional.
1 comentario:
A mí me encantó. No sé si es una obra maestra o no. Sí sé que es una película de género filmada conforme a ciertas convenciones y sin patear ningún tablero. Y me dio la impresión de que Bielinsky buscó precisamente eso. Por suerte no le vi intenciones ni humos de obra maestra de parte del director. Por eso no sé si es una obra maestra, pero me quedó clarísimo que es una gran película.
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