miércoles, noviembre 16, 2011
Una excursión a Isla Negra
Las casas de Neruda son raras. No entiendo por qué la casa de un escritor es un museo temático, con caracoles, coleópteros y mascarones de proa que parecen figuraciones alucinadas de antiguas amantes. La disposición del museo no es obra de un curador, sino del mismo Neruda, que en su rol de Capitán pensó la casa como una nave y empotró en el salón mascarones emergiendo de las paredes, el bar de un yate, ojos de buey, un timón, mobiliario de altamar. Ese salón particularmente me obsesiona. Está tan abarrotado como la capilla de una Iglesia renacentista o, en un extremo opuesto, la recepción de un prostíbulo extravagante. (Sigue en el blog de Eterna Cadencia)
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