Tres hombres, tres tics para habitar el mundo en conjunto. Y una ciudad gótica, con sus túneles –subtes abandonados que el pueblo ha adaptado a su gusto y necesidad– y sus ritos de miseria, que dos seres entrañables, Muishkin y Maglier, transitan en busca de un asesino. Estas son las partículas elementales que Ricardo Romero conjuga en
Muishkin y Maglier, pesquisas bífidos, cuentan con la complicidad de un portero y con el amparo de sus respectivos síndromes de Taurette. Son, quizás, los dos héroes más queribles que ha dado la reciente literatura argentina. Parecen protagonistas reencarnados de un viejo folletín de aventuras, en donde dos polos, el bien y el mal, acá siempre duplicados, libran una batalla cuando se ha roto la legalidad y la anarquía embellece el paisaje urbano.
Así se ven liados en un argumento desencajado donde abundan gemelos, asesinos a sueldo, pornógrafos, cambios de identidades, y un alma rusa, Ragojine, que perfila, como en un teatro de sombras chinas, una gigantesca reminiscencia arltliana: la conspiración de apellidos y la geométrica melancolía de historieta –incluso las discos en los subtes abandonados y los cabarutes subterráneos exudan la melancolía de lo que ha sobrevivido en un orden mudo o enrarecido– que enaltecen todo el libro.
* Reseña publicada en la revista Inrockuptibles de julio.
6 comentarios:
de visita nomás..
aprovecho: me parece bien (le title)
bess
pero qué tapa terrible!
abrazo desde brasil, oliverio!
¿Y laura palmer se cagó muriendo, nomás?
Si es demasiado bajonero.. quizas estoy buscando algo mas punchi up intelectualoide.. si tenes algo para recomendarme..
Che, muy buena. Lo que más me pareció más iluminador: "es en el fondo un ensayo sobre las formas del afecto". Y sí, qué dos héroes más queribles
Linkeo lo propio: http://sololascosas.blogspot.com/2008/08/el-sndrome-de-rasputn.html
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