Escribir largo sobre la última película de David Lynch sería tan ingenuo como improductivo. Los adjetivos que le cabrían -asombroso, alucinante, desmesurado- desmerecen en realidad los nudos espaciales devenidos, como en los sueños, laberintos temporales. Podría decirse que la película es un archipiélago de apariciones y figuraciones que no se domestican en secuencias narrativas. Durante tres horas espectros de amantes, marcas transpuestas, escaleras enquistadas de teatros blandos, muertes lejanas y románticas y cine que mira al cine edificando el reflejo de una maldición -un laberinto que es una máquina desquiciada de reproducir identidades-, se diseminan en espirales que van incluyendo las películas anteriores de Lynch, y que redefinen el sentido del séptimo arte en cuestión. Por eso mejor anillarse en la vigilia, soñar despierto en vez de escribir.
4 comentarios:
Oliverio, pessolani fue a buscar en la feria el libro de Levin, "Igor", y ni ahì, cheraà...¿recomiendas alguna librerìa especializada, de fanàticos de LYmch por ej., para rescatarlo? saludos
No puede ser, Kurupicho ,era cuestión de encontrar el stand de Gárgola, nomás. Por lo que tengo entendido, en B.A. está en casi todas las librerías. BAh, si entrás a tres, seguro en una lo encontrás.
Aunque, seguro, va a ser más interesante rescatarlo de alguna librería lyncheana.
Salud.
Y pesnar que Lynch filmó
Una histpria verdadera. la épica de un anciano que guarda un terrible secreto, busca a su hermano, realiza un viaje en un cortacésped pasando inclemencias y encontrándose con gente hospitalaria y seres extraviados ...
Lynch: un imprescindible.
Gracias por el post.
Decía
Y pensar...
en la primera línea.
Disculpar errata. Los dedos demasiado ágiles, la espectativa...
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