Ritual de despedida, me gusta pensar así a la escritura. Con o sin polillas, uno deja ese mensaje como testimonio como razones, como motivos, algo así como una carta de suicida. Nada. Me gustó la frase y listo.
Pero, ¿han observado ustedes cómo a trescientas millas más allá de donde terminan los hilos del telégrafo y las líneas de los vapores correos, se marchitan y mueren las mentiras monstruosas de nuestra civilización, para ser reemplazadas por puros ejercicios de gente imaginativa que ofrecen la futilidad, con frecuencia el encanto, y a veces la verdad profunda y escondida de las obras de arte?
4 comentarios:
Durísimo ese libro.
Ritual de despedida, me gusta pensar así a la escritura. Con o sin polillas, uno deja ese mensaje como testimonio como razones, como motivos, algo así como una carta de suicida.
Nada. Me gustó la frase y listo.
Pero, ¿han observado ustedes cómo a trescientas millas más allá de donde terminan los hilos del telégrafo y las líneas de los vapores correos, se marchitan y mueren las mentiras monstruosas de nuestra civilización, para ser reemplazadas por puros ejercicios de gente imaginativa que ofrecen la futilidad, con frecuencia el encanto, y a veces la verdad profunda y escondida de las obras de arte?
Perdón, está en Lord Jim, de Joseph Conrad.
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