Aquella tapa de Ñ sigue patente. Quintín, que involuntariamente participó en ella -y quizás por pertenecer a otro campo sí puede funcionar como una referencia más pertinente y desprejuiciada que el resto de los citados en la nota- ahora
la reformula con ganas, reescribe la polémica y da otra orientación a su anterior nota en
Los Trabajos prácticos.
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