Los cuentos siniestros
Los relatos de Kobo Abe exceden cualquier tipo de narración clásica, vanguardista o de género. Se imponen por un imaginario que no es siniestro pero sí excepcional y tan extraño como las tribulaciones de Akutagawa o las pesadillas de Kafka. Cierta literatura heterodoxa está destinada a sortear el paso del tiempo, no porque no contenga rasgos de época, sino porque se apropia de una moral social –en este caso una afección ritual propia de extremo oriente– y la tritura al volver universal la relación entre el hombre y el mal. Allí las miserias personales y los temores pequeño burgueses, tal como en los relatos “El pánico” y “La muerte ajena”, se vuelven atributos de la supervivencia. La familia, un reino sanguinario. El matrimonio, un capricho para “despojar a la mujer de la posibilidad de ser otra”. Y la inventiva de un escritor como Abe, una herramienta ideal para organizar todos estos elementos en un universo narrativo que incluso en sus más desopilantes pasajes es verosímil, como cuando en el desenlace del cuento “El perro”, gracias a una carta que introduce el narrador, tomamos conocimiento de la competencia ardua del protagonista con el perro parlante de su esposa. (Sigue en Inrockuptibles)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario